Me follo a mi madre borracha en el sofá del comedor
Cuando llegué a casa y vi a mi madre tirada en el sofá con su vestido rosa ajustado enseñando todo el coño, no pude evitar acercarme y sobarle sus enormes tetas. No es porque sea mi madre, pero la verdad es que la madurita está muy buena, así que con unas copas de más y sin que ella se enterará me la folle en un momento. Al principio no se movía mucho, estaba derrotada, pero a la empecé a penetrar ya se iba despertando. Parecía no reconocerme cuando me miraba, pero la verdad es que estaba teniendo sexo incestuoso con ella.