A mi hermanastra le dolía la garganta y se le pasó cuando me la follé

Con la boca abierta, la lengua afuera y los ojos cerrados, mi hermanastra era una tentación. Me acababa de decir que le dolía la garganta y yo le pedí que me la enseñara, sin imaginarme que al verla tan regalada, me tentaría y le metería la polla en la boca. En un segundo se me había puesto tan dura que no pude controlarme. Lentamente la saqué y se la acerqué a los labios, pero apenas sentí el mínimo contacto, se la clavé hasta el fondo. Después de la rica mamada que me hizo, me la follé. Ella misma me lo pidió. Me dijo que por mi culpa se había excitado, así que me tocaba echarle un buen polvo para quitarle la calentura.