Asiática enloquece con la polla de su amigo

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Apenas la asiática se sentó en el asiento del coche, notó el enorme bulto que su amigo tenía entre las piernas. Evidentemente se la había estado cascando, porque la tenía bastante dura. Las ganas de tocar y ver ese rabo la invadieron por completo, así que, después de buscar el consentimiento del amigo con la mirada, posó su mano sobre su verga. Como era de esperar, se la sacó y se la metió en la boca sin mediar palabra. Después de chupársela durante un largo rato hasta que estuviera a punto de correrse, le pidió que se detuviera al costado del camino para follársela.