Con el juego del Chupa Chups por dinero logré que mi hijastra me mamara la polla

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Mi hijastra no tiene un solo pelo de tonta, por eso sabe disimular muy bien que no tiene nada de inocente y sabe a la perfección cómo actuar ante cada situación para hacerse la distraída. El otro día nos pusimos a jugar al juego de los sabores con un Chupa Chups. Ella sabía que yo tenía uno solo, sin embargo, en cuanto le dije que le haría probar otros sabores, ella sola se vendó los ojos. Cuando saqué la polla y se la metí dentro de la boca, se hizo la tonta y se puso a chupármela como toda una experta en mamadas. Sabía que el premio serían unos cuantos billetes, así que no sé si me la chupó de gusto o por la pasta. Lo cierto e indudable es que sabía bien que eso que estaba mamando no se parecía en nada a un Chupa Chups…