Convencí a mi amiga pelirroja de echarnos un polvo en el bosque

Mi amiga pelirroja y yo estábamos dando un paseo por el bosque cuando decidimos detenernos para descansar y, entonces, nos pusimos a charlar y le pregunté si alguna vez había tenido sexo en la naturaleza. Ella me dijo que no, y ambos coincidimos en que ese sitio era perfecto para echarse un polvo, ya que no había nadie cerca a kilómetros. El único problema era que éramos amigos, pero después de vencer ese prejuicio, nos quitamos la ropa y nos pusimos a follar apasionadamente. Me costó mucho evitar correrme al segundo, ya que me deslumbró con sus enormes tetas y su culo perfecto. Además, es una diosa follando y sabe chupar pollas como ninguna.