Después de ver las tetas de mi madrastra me la tuve que follar

Mi madrastra salió de la ducha y, envuelta en la toalla, vino a reñirme por estar todo el día sin hacer nada jugando con el móvil. En ese momento, se descuidó, la toalla se le cayó y pude ver por primera vez sus enormes y hermosos melones. ¡Qué pezones más ricos y que tetas más hermosas! La zorra se quiso cubrir, pero yo le quité la toalla, la puse a comerme la polla y le di una follada inolvidable. No me podía creer el tremendo pibón que se estaba follando mi padre. La zorra tenía un culo espectacular, un chocho riquísimo y, como si eso no fuera suficiente, follando se transforma en una loba en celo.