El culito de mi hermanastra de 18 años es mío para siempre

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Mi hermanastra y yo compartimos un secreto que, por lo que parece, será solo nuestro por el resto de nuestras vidas. Es que desde hace un tiempo, vengo follándomela por el culo todas las semanas, y a la guarra le encanta. Concretamente, todo comenzó el mismo día en que cumplió los 18 años. Después de la cena familiar, la invité a mi cuarto a soplar la vela y decidió que el momento de dejar atrás la virginidad anal había llegado. La guarra se me abrió de piernas ofreciéndome el hoyito, se lo dilaté bien con mis dedos y mi saliva, le puse un poco de vaselina y, desde que le metí la polla hasta el fondo, nunca más quiso que se la sacara.