El viaje de negocios era para follar con el jefe

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Esta tía no se imaginaba que la verdadera intención del jefe al invitarla al viaje de trabajo era follársela. Su esposo, en cambio, estaba convencido de eso. Ella le había dicho que no se preocupara y le había prometido que, en el caso de que el jefe intentara pasarse un milímetro, lo mandaría a tomar por culo. Claro que estando a solas en el cuarto, su reacción fue otra. Sabía que con solo desnudarse, chuparle la polla y dejarse follar, conseguiría un lugar de privilegio en su consideración. No podía darse el gusto de quedarse sin trabajo, así que acabó obedeciéndole en todo y convirtiéndose en la putita personal del jefe.