Hermano ya deja de espiarme y ven a follarme

Mi hermano ya no disimulaba nada. Lo había pillado tantas veces intentando espiarme que era evidente que se masturbaba imaginándose que me follaba. Varias veces me había visto desnuda, así que un día decidí masturbarme completamente en bolas en la cama con la puerta abierta esperando a que apareciera para cascársela y, cuando apareció, le dije que ya dejara de pajearse y entrara a follarme. ¡La sonrisa en su rostro era inexplicable! Estaba por cumplir su mayor fantasía, sin imaginarse que yo hacía rato que andaba queriendo chuparle la polla y sentirla taladrándome el coño hasta sacarse toda la leche.