La gafuda Nikky Dandelion se traga una rica corrida

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No importa cómo se la follen. Le da lo mismo por el culo o por el coño, y lo mismo para las posturas. La del misionero, la del perrito, de pie o cabalgando le da igual. Si la ponen a mamar la polla y no la penetran por ningún otro agujero, tampoco le molesta. Lo único que es indispensable e innegociable para la putita cuatro ojos Nikky Dandelion es que, al final, las corridas siempre acaben dentro de su boca. Esta guarrilla es adicta a la leche de polla, y no concibe la idea de tener sexo con un chaval que no se corra apuntando hacia su rostro con intenciones de descargarle todo el semen en la lengua.