La madre decide que la hija tiene que perder la virginidad

Para esta madre que ha sido una zorra toda la vida, que a los 18 años la hija siga siendo virgen es un sacrilegio. No lo puede soportar, y está más ansiosa por su debut sexual que la propia hija. Por eso ese día se puso a hablarle para intentar convencerle cuando, de repente, el vecino entró por la puerta. ¡Era justo uno de los tíos que más le gustaban a la madre para la hija! Con su ayuda, esa tarde la hija perdió la virginidad. La mamá le enseñó a mamarle la polla, la ayudó a dilatarse bien el coño para que la polla le entrara sin causarle dolor y, por supuesto, la muy puta también le comió el rabo y se lo folló.