La nieta no pudo resistirse a los encantos del abuelo
Esta jovencita rubia nunca pensó que meterse en la cama con el abuelo para no tener miedo acabaría excitándola. Ella nunca había tenido antes el cuerpo de un hombre dormido al lado, y eso le provocó la curiosidad por verle la polla. Al descubrir el rabo del abuelo, la nieta se puso a mamarlo instintivamente, por lo que el viejo se despertó y, al encontrársela con la polla en la boca, se la folló sin dudar. Al principio, le costó dejar de lado que ella era su nieta, la hija de su propio hijo. Sin embargo, teniendo a semejante guarrilla desnuda enfrente con ganas de ser penetrada, logró olvidarse por completo.