Las folladas después de la siesta siempre acaban con una corrida en la boca

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El sexo por la tarde no es lo que más me gusta, pero son los únicos momentos en los que nos quedamos a solas en la casa. Por eso, después de almorzar, mi novia y yo nos dormimos una linda siesta para descansar y yo, que siempre me despierto antes, me levanto con la polla dura, listo para penetrarla. Eso la vuelve loca, ya que le gusta mucho despertarse mientras se la estoy metiendo. A menudo se corre a los pocos minutos, así que después se pone a chupármela hasta que me corro. Obviamente, se traga toda mi corrida, ya que le sabe mucho más sabrosa mi lefa que su aliento al despertar.