Madura delgada con grandes tetas se prueba como stripper

Esta madura trabajó toda su vida como entrenadora hasta que cumplió los cuarenta años y se regaló la operación de las tetas. Con los tremendos melones que se puso, se convirtió en una zorra y ahora quiere que todos se los miren, se los toquen y se los chupen. Por eso decidió probar suerte como stripper en el puticlub, aunque desde el primer momento le aclararon que su misión era la de calentar a los clientes para follárselos. Para eso tuvo que hacer una prueba, que aprobó sin problemas después de bailar para el dueño, desnudarse, chuparle la polla y dejarse follar frente a todos en el club.