Me follé a la mas zorra del puticlub
Por la forma de bailar, la belleza de su rostro, su cuerpazo increíble y porque, fundamentalmente, era la única zorra que había en ese momento en el puticlub, acabé follándome a esta rubia en el sofá, ante la vista de los mirones. En realidad eran muy pocos. Era demasiado tarde y el puticlub estaba a punto de cerrar cuando yo entré por la puerta. A la guarra ya se la habían follado unos cuantos tíos y ya había perdido la cuenta de las mamadas que había hecho. Sin embargo, todavía le quedaban ganas de un polvo más antes de irse a dormir, y a cambio de unos pocos billetes, me dejó follarla bien follada.