Me quedé a solas con la hermana de mi amigo y la inicié como lesbiana

Nunca se me había cruzado por la cabeza tener sexo con la hermana de mi amigo. Ni siquiera se me hubiese ocurrido pensar que ella también fuera lesbiana o, al menos, estuviera interesada en probar el sexo con otra mujer. Ese día, sin yo saber que nos habíamos quedado las dos solas en la casa, ella se paró en la puerta del baño, me preguntó a dónde iba y me dijo que estaba muy guapa. Eso me hizo pensar que tenía alguna oportunidad de follármela, así que empecé a coquetearla y, a los dos minutos, ya estaba comiéndole la boca. Entonces la volteé, la apoyé por detrás y comencé a quitarle el pantalón y las bragas. Mientras ella gritaba y gemía, yo le tocaba las tetas con una mano y la masturbaba con la otra. ¡Qué necesitada estaba la muy zorra de que otra tía le metiera los dedos en el coño!