Mi esposa y yo hicimos un trío con la masajista

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Se suponía que la masajista había venido a darme masajes a mí, pero evidentemente tenía una química muy especial con mi esposa, ya que con una sola mirada las dos se dieron cuenta de que se gustaban y se dieron un morreo delante mío. Durante la sesión de masajes no paraban de besarse y tocarse, hasta que la situación se volvió demasiado caliente y comenzaron a comerse los coños. Obviamente, mientras tanto me chupaban la polla, así que acabé follándomelas juntas, mientras ellas no paraban de jugar a hacer tortillas como dos lesbianas experimentadas. ¡Mi esposa nunca antes había follado con ninguna mujer!