Polly Yangs quería probar el sexo duro
La rubia Polly Yangs es simplemente preciosa. Los hombres la idealizan tanto que la tratan como a una muñeca de porcelana. Se cuidan de follársela sin causarle el mas mínimo dolor y de que no sienta ninguna incomodidad, pero así solo consiguen que ella se quede con ganas de mas. Hace tiempo que viene esperando que alguien se la folle duro, taladrándole el coño sin piedad en las posturas más increíbles, y por suerte conoció a este chaval que la trató como a una verdadera perra. ¡Tremenda follada le dio! Cogiéndola del cuello, de los pelos y de la cintura, le hincó la polla hasta el fondo y le hizo ver las estrellas.