Probando un consolador a distancia con una putita asiática

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A esta putita asiática la conocí en la universidad y, como no conocía a nadie en el país, nos hicimos muy amigos y acabamos follando. Aunque no éramos novios, ella siempre estaba dispuesta a hacer lo que yo le pidiera. Por eso, cuando descubrí este consolador que funciona con un mando a distancia, le pedí que se lo pusiera para salir de paseo. ¡La volví loca poniéndoselo a vibrar dentro del coño en público! La guarra se excitó tanto que se corrió dos veces seguidas y acabó chupándome la polla en medio de la calle y tragándose toda mi corrida.