Rubia italiana Cherry Kiss paga el taxi con una mamada

Salí corriendo de la casa y olvidé mi bolso. Juro que no fue algo intencional, lo he olvidado por completo. Cuando el taxista me llevó al lugar que pedí, no tenía dinero para pagar. El taxista no quiso irse sin su dinero. Así que no perdí el tiempo y le dije que se abriera los pantalones. Le ofrecí una mamada. Para muchos esta es una solución un tanto escandalosa, pero no para mí. Tenía prisa y hacer una mamada no parece un gran sacrificio. El taxista estaba muy contento con la solución, así que sacó la polla del pantalón y le di una buena mamada, rápida pero efectiva.